
Tampoco le iban mejor las cosas en Europa, donde, al estrepitoso fracaso cosechado en Rusia en 1812, se suman nuevos reveses de gran magnitud, especialmente el acaecido en octubre de 1813 en la Batalla de Leipzig, también llamada Batalla de las Naciones.
Prersionado por los acontecimientos, claramente a la defensiva, Napoleón ofrece a España la paz a través de un pacto amistoso que restituye a los Borbones en el trono, en la figura de Fernando VII, acuerdo conocido como Tratado de Valençay, firmado el 11 de diciembre de 1813. De esta manera, el Rey Felón recupera en su persona todas las posesiones perdidas por la invasión francesa, a cambio, entre otras cosas, del desalojo del ejército británico de España y del perdón de los españoles "adictos al Rey José", es decir, de los afrancesados. Habría que aguardar hasta marzo de 1814 para ver al nuevo rey pisar suelo peninsular con el firme propósito de regresar al absolutismo, pero ese capítulo, por el momento, habrá de esperar.
Imagen: Retrato de Fernando VII con uniforme de capitán general, de Vicente López Portaña
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