Mis alumnos saben que no soy un apasionado de los enredos familiares de las dinastías regias, donde abuelos, padres, hijos y hermanos, tíos y sobrinos, hermanastros y algún que otro bastardo entrecruzan sus existencias para formarnos un barullo mental al que no me acabo de acostumbrar. En cualquier caso, en ciertas etapas más que en otras, nuestros libros se llenan de estos personajes emparentados y estamos obligados a componer un puzle que, en el momento en el que no encajamos alguna de las piezas en el lugar exacto, se nos descompone el árbol genealógico complicándonos la comprensión del asunto.
El ascenso de los Trastámaras (o Trastamaras) a la corona de Castilla a través de Enrique II el de las Mercedes, y posteriormente a la de Aragón, con el infante castellano Fernando de Antequera, nieto del anterior, es uno de esos períodos en los que nos vemos empujados a empaparnos de parentescos. Por eso, aquí os ofrezco este cuadro que he preparado (simple, no es ninguna virguería) para que nos ayude a relacionar a todos ellos. Comienzo en Pedro I el Cruel de Castilla y Pedro IV el Ceremonioso de Aragón por la guerra que sostuvieron ambos (la llamada Guerra de los Dos Pedros) y que coincidió con la Primera Guerra Civil Castellana que enfrentó a Pedro I con su hermanastro Enrique II, el monarca con el que se inaugura la nueva dinastía.
La Casa de Trastámara recibe su nombre de un condado gallego que hace referencia al río Tambre, y del que fue titular el mencionado Enrique.
Aquí os dejo enlazados todos los personajes que componen el cuadro:
En fin, que como soy el primero que me hago un lío con estas tramas genéticas, a mí me ha servido el trabajo para aclararme con la dinastía en cuestión. Espero que a vosotros también.
sábado, 29 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
"Sefarad, memoria errante de España"
ABCD, el suplemento cultural del diario ABC, publicaba este pasado fin de semana un interesantísimo reportaje sobre la prensa en ladino, que además contenía sugestivas reflexiones sobre las razones por las que los judíos españoles expulsados de la Península conservaron su particular dialecto judeoespañol (así lo define la RAE en su entrada sefardí). El artículo principal lleva el mismo título que esta entrada, y recomiendo su lectura. Creo que merece la pena que le echéis un vistazo y que, una vez metidos en materia, visitéis algunos de los enlaces que ofrece la Wikipedia en su entrada dedicada a Sefarad, o estos tres que os propongo: el primero, por proximidad geográfica, un artículo en Liceus.com firmado por David Herrero Sánchez titulado 'Las Santas Comunidades de Castilla y León'; el segundo, la página de la Red Iris dedicado a Sefarad; y el último, por si queréis leer en sefardí, la página del 'Sentro de Investigasyones Sovre la Kultura Sefardi Otomano-Turka'. Espero que os gusten.
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lunes, 3 de noviembre de 2008
Presura y aprisio
La repoblación de la península durante la Reconquista (término con notables intenciones ideológicas, aunque no entremos aquí y ahora en disquisiciones sobre lo apropiado del mismo), provocó diferentes formas de ocupación entre las que destacó la llamada presura en Castilla o aprisio en Cataluña, uno de los elementos más importantes para reconocer el proceso de permanencia en el territorio por parte de los cristianos ibéricos. Para ampliar la definición ofrecida en clase de Historia de España os ofrezco el enlace al artículo de la Wikipedia (breve y claro) y este texto (en forma de imagen) del proyecto educativo Kairos del Centro de Información y Comunicación Educativa (CNICE), del Ministerio de Educación, Política Social y Deporte. Y ya aprovecho y os remito a la página de Kairos dedicada a la materia de Historia de España.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Un aeropuerto para la Historia
Como estaba anunciado, el colosal aeropuerto berlinés de Tempelhof ha cerrado sus puertas. Su construcción fue anterior al ascenso al poder del nacionalsocialismo, pero su ampliación, propia del ideal megalómano del régimen hitleriano, lo convirtió en una construcción incomparable en dimensiones arquitectónicas (Norman Foster lo definió como "la madre de todos los aeropuertos"). Tras la II Guerra Mundial Tempelhof fue protagonista de los inicios de la Guerra Fría, sirviendo de base aérea en la que sortear el bloqueo soviético al sector occidental de la capital berlinesa.
Como en la anterior entrada, echo mano del artículo publicado por el diario El País también con la firma de Juan Gómez.
Juan Gómez - El País - Berlín - 01/11/2008
En la madrugada de ayer se apagaron definitivamente las luces del aeropuerto de Tempelhof, tras casi 85 años de tráfico desde el centro de Berlín. Unos minutos antes, a las 23.55 del jueves 30, entre acordes musicales y silbidos de protesta, pasaron por un arco de agua para el último despegue dos de los aeroplanos que rodaron por sus pistas en los años dorados: un trimotor Junkers Ju-52 como los que usó Lufthansa en la década de los 30 para comunicar las capitales europeas desde su base en Tempelhof, y un Douglas DC-3, el modelo con el que la Fuerza Aérea de Estados Unidos burló en 1948 y 1949 el bloqueo soviético sobre Berlín Occidental. A las 22.17 había despegado de Tempelhof el último vuelo regular, un Dornier 328 de la compañía Cirrus Airlines, con destino a Mannhe
Era el de Tempelhof el aeropuerto civil más veterano del mundo. Inaugurado en 1923, tras su ampliación iniciada en 1934 se convirtió en el mayor aeropuerto europeo. Su nave central era la más grande del mundo y todavía hoy pasa por ser el edificio más largo de Europa. Estas comparaciones de vestuario eran, sin duda, muy del gusto del régimen que encargó el proyecto al arquitecto Ernst Sagebiel. Hoy, Tempelhof permanece como el mayor testimonio de la primera arquitectura del régimen nacionalsocialista, más vanguardista, fría y funcional que la que impondría años más tarde Albert Speer como arquitecto favorito de Adolf Hitler.
La hora gloriosa de Tempelhof llegó cuando nadie quería en Alemania acordarse del tirano que había llevado al país a la derrota, en pleno bloqueo soviético a Berlín Occidental. En 1948, Estados Unidos inició en Tempelhof el puente aéreo entre la República Federal de Alemania y el islote aliado en el centro de la Alemania socialista. Los Douglas DC-3 que garantizaron la supervivencia de los alemanes occidentales durante muchos meses son aún conocidos como bombarderos de pasas, por los dulces que lanzaban los aliados a los niños que se reunían para ver los aviones.
En el imaginario de posguerra, Tempelhof es así un hito de la resistencia anticomunista y de la incorporación de Alemania al bloque de las democracias occidentales. El gran edificio es un monumento protegido. El aeropuerto continuará en uso en películas clásicas como Uno, dos, tres, de Billy Wilder, o La última cruzada, de Steven Spielberg. La próxima vez lo usará Tom Cruise, cuando se estrene la malhadada Operación Valquiria.
Como en la anterior entrada, echo mano del artículo publicado por el diario El País también con la firma de Juan Gómez.
Cierra Tempelhof, el aeropuerto que salvó a Berlín del cerco soviético
El puente aéreo de EE UU alimentó a la población durante el bloqueo de 1948Juan Gómez - El País - Berlín - 01/11/2008
En la madrugada de ayer se apagaron definitivamente las luces del aeropuerto de Tempelhof, tras casi 85 años de tráfico desde el centro de Berlín. Unos minutos antes, a las 23.55 del jueves 30, entre acordes musicales y silbidos de protesta, pasaron por un arco de agua para el último despegue dos de los aeroplanos que rodaron por sus pistas en los años dorados: un trimotor Junkers Ju-52 como los que usó Lufthansa en la década de los 30 para comunicar las capitales europeas desde su base en Tempelhof, y un Douglas DC-3, el modelo con el que la Fuerza Aérea de Estados Unidos burló en 1948 y 1949 el bloqueo soviético sobre Berlín Occidental. A las 22.17 había despegado de Tempelhof el último vuelo regular, un Dornier 328 de la compañía Cirrus Airlines, con destino a Mannhe
Era el de Tempelhof el aeropuerto civil más veterano del mundo. Inaugurado en 1923, tras su ampliación iniciada en 1934 se convirtió en el mayor aeropuerto europeo. Su nave central era la más grande del mundo y todavía hoy pasa por ser el edificio más largo de Europa. Estas comparaciones de vestuario eran, sin duda, muy del gusto del régimen que encargó el proyecto al arquitecto Ernst Sagebiel. Hoy, Tempelhof permanece como el mayor testimonio de la primera arquitectura del régimen nacionalsocialista, más vanguardista, fría y funcional que la que impondría años más tarde Albert Speer como arquitecto favorito de Adolf Hitler.
La hora gloriosa de Tempelhof llegó cuando nadie quería en Alemania acordarse del tirano que había llevado al país a la derrota, en pleno bloqueo soviético a Berlín Occidental. En 1948, Estados Unidos inició en Tempelhof el puente aéreo entre la República Federal de Alemania y el islote aliado en el centro de la Alemania socialista. Los Douglas DC-3 que garantizaron la supervivencia de los alemanes occidentales durante muchos meses son aún conocidos como bombarderos de pasas, por los dulces que lanzaban los aliados a los niños que se reunían para ver los aviones.
En el imaginario de posguerra, Tempelhof es así un hito de la resistencia anticomunista y de la incorporación de Alemania al bloque de las democracias occidentales. El gran edificio es un monumento protegido. El aeropuerto continuará en uso en películas clásicas como Uno, dos, tres, de Billy Wilder, o La última cruzada, de Steven Spielberg. La próxima vez lo usará Tom Cruise, cuando se estrene la malhadada Operación Valquiria.
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