martes, 27 de abril de 2010

Jules Ferry y el Imperialismo

Este texto de Jules Ferry está destinado a mis alumnos de 1º de Bachillerato para que completen el tema del Imperialismo europeo y lo pongan en relación con el texto de Georges Clemenceau, comparando las distintas ópticas que ambos tenían respecto a la política colonial francesa.

Las razas superiores poseen un derecho sobre las razas inferiores. Yo mantengo que ellas tienen un derecho, porque también tienen un deber. El deber de civilizar las razas inferiores (…).

Yo afirmo que la política colonial de Francia, la política de expansión colonial, la que nos ha obligado a ir, durante el Imperio, a Saigón, a la Cochinchina, la que nos ha llevado a Túnez, la que nos ha arrastrado a Madagascar, insisto en que esta política de expansión colonial se ha inspirado en una verdad sobre la que, sin embargo, es necesario suscitar por un instante vuestra atención: a saber, que una Marina como la nuestra no puede prescindir, en la extensión de los océanos, de sólidos refugios, de defensas, de centros de avituallamiento (…).

Jules Ferry, discurso en la Cámara de Diputados, julio de 1885

domingo, 18 de abril de 2010

Bateleros del Volga, de Ilia Repin

Hay entradas que parecen inabarcables. Una sencilla referencia a los caminos de sirga en torno al Canal de Castilla durante la clase de Historia de España de 2º de Bachillerato, me recordó el cuadro de Ilia Repin Bateleros del Volga (o Sirgadores del Volga), que tuve la ocasión de ver en una excepcional exposición -¡Rusia!- que hace 4 años realizó el Museo Guggenheim de Bilbao. La fuerza expresiva de la obra, mostrando con crudeza el trabajo de aquellos hombres que remolcaban embarcaciones, y las virtudes cromáticas del conjunto ya serían suficientes razones como para convertir esta recomendación pictórica en una entrada en el blog. Pero es que en la búsqueda de los enlaces que quería ofreceros (más abajo os daré unos cuantos), encontré que el óleo de Repin inspiró una célebre canción popular rusa que yo alguna vez había oído pero que jamás había relacionado con el cuadro. Los cantantes con las voces más graves, los bajos, tienen en esta pieza uno de sus más hermosos retos, y el más reconocido cantante de ópera bajo ruso de la primera mitad del siglo XX, Fyodor Ivanovich Shalyapin, popularizó la canción en todo el mundo. Aquí os dejo una grabación de cómo Shalyapin la interpretaba (y aquí tenéis otras grabaciones de él).



Pero es que hay más: en plena II Guerra Mundial el gran Glenn Miller ofrecía una extraordinaria versión jazzística que llevó al número 1 de las listas estadounidenses en 1941. Escuchadla, a mí me parece muy buena.



Pero aún no se han acabado las sorpresas, porque el cine también se ocupó del asunto: Cecil B. DeMille dirigió en 1926 una película con el mismo título que nuestro cuadro, ambientada en la Rusia al borde del estallido revolucionario.
En fin, que como insinué al principio esta entrada encierra muchas otras en sí misma. Es muy enriquecedor ir tirando del hilo e ir comprobando lo grande que es el ovillo. Espero que los enlaces os guíen bien, aunque aún me quedan unos cuantos que ofreceros, porque entre músicas y cines he dejado un poco de lado el objeto principal de este asunto: Repin y su obra. Así que aquí os enlazo a una página que no creo que entendáis, pero que está dedicada al pintor ruso y que tiene buenas imágenes; y estos dos (obligatorios) enlaces al Museo Ruso de San Petesburgo, donde se encuentra la obra; y este a la Galería Tretiakov (W-es), que alberga buena parte de la obra de Repin; y por último este enlace a un blog dedicado al Arte ruso, que explica el cuadro protagonista de esta entrada.
Os aseguro que este asunto me ha ocupado bastante tiempo pero creo que ha merecido la pena.

jueves, 1 de abril de 2010

Con nombre propio

Cuando en 2005 me propuse crear mi primer blog, pensé en una herramienta que pudiera ofrecer a mis alumnos información complementaria a los temas que tratábamos en clase. El nombre surgió casi sin esfuerzo: Planeta Historia (por entonces impartía también Geografía). Como en aquel momento no sabía muy bien cuál sería la herramienta de publicación de blogs que me sería más útil, me decidí por abrir uno en bitacoras.com (que aún se mantiene colgado en la red) y otro en Blogger, que desapareció cuando dejó de tener nuevas entradas durante un tiempo. Aquel planetahistoria.blogspot.com acabó en Brasil, si mal no recuerdo, y ahora ni tan siquiera te lleva a ninguna parte. Luego el nombre tuvo éxito y un profesor argentino, Mario Molina, lo convirtió en un agregador de blogs, estupendo por cierto, con la extensión .com.ar y que, desgraciadamente, hace meses que ha dejado de funcionar. Yo me uní a aquella comunidad, y en los correos con Mario (no le perdáis la pista, pues participa en diferentes proyectos como 'Hablemos de Historia') comentamos el asunto del nombre; la inactividad de mis blogs le animó a usarlo para su proyecto. Así que tuve que añadir el artículo "el" para evitar confusiones, como ya expliqué en mi regreso.
Ahora siento que cierro el círculo. Este blog ya tiene su nombre como dominio (www.planetahistoria.com) y de alguna manera regresa a sus orígenes. Y me gusta, la verdad.