En torno al pasado 3 de diciembre, algunas publicaciones se hicieron eco del quincuagésimo aniversario del inicio del Proceso de Burgos, en el cual se juzgó a 16 civiles, miembros de ETA, ante un tribunal militar. Aquel juicio desencadenó una oleada de protestas en todo el mundo, que sacudió hasta el mismísimo Vaticano, pidiendo clemencia a la decadente dictadura de Francisco Franco, dispuesta, como así ocurriría con el tiempo, a morir matando.
La sentencia se hizo pública el 28 de diciembre de 1970, y
hoy se cumplen 25 años desde que un añorado medio de comunicación de esta
ciudad, Diario 16 Burgos, me abrió de par en par las puertas de sus páginas para
publicar un extenso reportaje sobre el aniversario (el vigésimo quinto en aquel
28 de diciembre de 1995) del acontecimiento.
Sirva esta entrada para recordar no tanto aquel trabajo (que
un poco también), sino la labor de todos aquellos que hicieron posible aquel
maravilloso proyecto, y mi agradecimiento eterno a quienes, tan generosamente,
me hicieron un hueco en aquella familia profesional, donde atesoré amistades
que conservo hasta el día de hoy, y conocí a tanta gente talentosa que alimentó
aquel extraordinario periódico.
De todos ellos, hoy me acordaré de dos: de César Javier Palacios, que recogió sin dudar el ofrecimiento de los textos que había
elaborado sobre el Proceso; y del recordado José Luis Estrada, director del
periódico, que no solo me regaló las primeras páginas de aquel ejemplar, sino
que me acogió en la nómina de colaboradores, posibilitando que mi adolescente
sueño periodístico, que por entonces ya creía imposible, se hiciera realidad.
Hoy, el Diario 16 Burgos y todo el trabajo que allí se
hizo, está recogido en un blog (me dice mi querido Carlos de la Sierra que
detrás está un amigo suyo, Álvaro López, a quien no conozco, pero al que agradezco admirado su enorme esfuerzo), en el que se pueden consultar cada uno de los
ejemplares que se publicaron entre el 20 de septiembre de 1989 y el 19 de enero
de 1998. Una labor gigante, que mantiene viva y al alcance de todos cuanto en
aquellas páginas se publicó. Gracias a todos, nombrados o no, 25 años después.
(No recuerdo si en alguna ocasión he dedicado una entrada en este Planeta Historia a alguien en concreto, pero esta vez lo haré a Esther Bajo. Con todo mi cariño).
(En un año tan particular como el que ahora termina, una entrada que también lo es en este casi despoblado planeta).
2 comentarios:
Muchísimas gracias por la dedicatoria y, sobre todo, por el recuerdo de César Javier -el Da Vinci del periodismo- y José Luis, para quién, lógicamente, me faltan las palabras; sólo diré que fue el periodista más lúcido y honesto que he conocido. Yo también me acuerdo mucho, por supuesto, de tu entrada y tu trabajo en el periódico. Yo estudié Historia porque me pareció que era la carrera que mejor me ayudaría a entender el mundo y José Luis, cuando tenía que contratar a un periodista no le pedía el título, sino que sólo le hacía dos preguntas: ¿lees? y ¿te interesa la Historia? Así que divulgar la Historia a través del periódico, es decir, conectándola con la actualidad, era un lujo que pudo permitirse cuando te conoció a ti, porque lo que es muy difícil de encontrar es a un historiador que sepa escribir, y tú lo haces maravillosamente. Gracias a colaboradores como tú, Diario 16 Burgos pudo permitirse hacer un periodismo tremendamente innovador y creativo.
Gracias, Esther, por tanto cariño.
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