Hoy se ha ido un referente de la Historia en nuestro país. A pesar de que llevo toda la mañana escuchando la radio (me engañaré creyendo que en el resto de emisoras el asunto ha merecido al menos unos segundos de su valioso tiempo), no me he enterado de su fallecimiento hasta que no he abierto Twitter y me lo ha contado Julián Casanova en su cuenta. Luego he acudido a la prensa.
Ya supongo que su figura no ocupará grandes titulares, y que para la mayoría de la gente su desaparición ni le roce en su atención, pero creo que para muchos de quienes hemos hecho de la Historia nuestra profesión, para aquellos que la han hecho su pasión, la desaparición de Josep Fontana es una triste noticia.
Fontana nació cuando la II República tenía poco más de medio año de vida; hoy se marcha con un conflicto político abierto en su tierra natal. Nada más añadiré en este sentido. Ha sido testigo de años terribles, esperanzadores, decepcionantes... de los que nunca quiso ser un mero espectador, pues también se comprometió políticamente a lo largo de su vida. Tampoco añadiré nada más en este otro.
Hace años, cuando iniciaba este Planeta Historia, recuperaba algunas entradas del primer blog que llevó este mismo nombre, allá por 2005, y una de ellas fue una entrevista a Fontana en El País.
Adiós, maestro. Siempre recordaré un trabajo que realicé en mis cursos de doctorado sobre su espléndida réplica titulada 'La Historia después del fin de la Historia', y cuánto me enseñó aquella breve pero intensa obra. Reciba mi modesto reconocimiento y llévese mi infinito agradecimiento.
1 comentario:
Pues yo me entero de su muerte a través de tu blog, veo que con mucho retraso, pero lo lamento tanto como tú, tanto como cualquiera que haya leído alguna de sus obras. Sinceramente, lo considero el mejor o uno de los mejores historiadores del país, de una lucidez extraordinaria, un intelectual de primer nivel y un hombre que ya ha alcanzado la categoría de sabio. Si en este país se le hubiera leído más, su obra podría haber sido fundamental en el ideario del movimiento por una democracia real. En todo caso, es también ya parte de la Historia.
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