martes, 28 de octubre de 2008

Lutero, el burgués

La biografía de Lutero, el padre del Protestantismo, parece que se despeja de sombras y revela que su origen no era tan modesto como la tradición reflejaba. Así lo confirman recientes estudios arqueológicos en tres residencias del reformador, cuyos resultados serán la base de una exposición en el Museo Arqueológico de Halle. La noticia la publica hoy el diario El País en su sección de Cultura firmada por el corresponsal en Alemania Juan Gómez, y que aquí reproduzco.

La pobreza de la familia de Lutero era un falso mito

Juan Gómez - Berlín
El País - Cultura - 28-10-2008

Buena comida, vajilla importada y joyería, un tren de vida que mal se corresponde con la tradición piadosa que hace de Martín Lutero una suerte de asceta de humilde cuna. Para los historiadores y teólogos evangélicos era ya cosa indiscutida que Lutero no fue "hijo de un minero", como él afirmó, ni mucho menos su madre "recogía leña" en los bosques sajones, como quieren algunas leyendas. Ahora hay una demostración arqueológica. Exactamente 491 años después de que Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg y diera así origen a la reforma protestante, el Museo Arqueológico de Halle expondrá cientos de objetos de la vida diaria del teólogo. Parte de ellos son el resultado de recientes excavaciones en tres residencias de Lutero. Se expondrán junto a otros objetos dispersos en diversos museos e iglesias, reunidos por primera vez.

Llevó Lutero, ya no cabe duda, la vida de un burgués. Las excavaciones de Mansfeld, donde creció en casa de su padre Hans Luder el futuro agustino, indican que disfrutaba de buenos ingresos y de una despensa bien provista. Miles de huesos de aves de corral, cochinillos y jamones, así como de pájaros silvestres, demuestran que no sólo gastaban allí en comida, sino que dedicaban tiempo a la caza, una afición costosa.

Las excavaciones han demostrado que la casa de Lutero en Mansfeld era un conjunto de edificios con un generoso terreno. Años más tarde, en la estupenda casa que compartió en Wittenberg con su esposa, la ex monja Catalina de Bora, y los seis hijos comunes, el monje excomulgado usaba vajillas de cristal y porcelana. El teólogo evangélico Martin Treu, autor del libro Lutero y el dinero, apunta que el bienestar era mérito de Catalina.

lunes, 27 de octubre de 2008

Derechos señoriales versión siglo XXI

A veces las noticias se salpican de curiosidades que, relacionadas con la Historia, parecen imposibles en nuestros días. Y sin embargo, aun escasas, de vez en cuando nos hablan de derechos seculares, de nobles y campesinos, de señores y siervos: un vecino de Murcia estaba obligado a pagar a un conde dos cuartillos de trigo al año por tener un almacén de su propiedad en las tierras del susodicho aristócrata. Cuando escuché la noticia (incompleta, apenas un titular radiofónico), lo primero que pensé es que cómo era posible que alguien reclamase en pleno siglo XXI dos cuartillos de trigo como derecho de posesión de la tierra. Pero la noticia entera, recogida en la web de la Cadena SER, nos habla de una dejación del derecho por parte del beneficiario desde hace más de 30 años, que pone un punto de sensatez ante tamaño anacronismo. Ahora un juzgado de Murcia ha terminado con la deuda agraria para siempre. En fin, el mundo gira.

La imagen es de Les Très Riches Heures du Duc de Berry.

lunes, 6 de octubre de 2008

Un español al servicio de Catalina la Grande

Esta entrada es, en realidad, un merecido reconocimiento a mi alumno de 1º de Bachillerato Alberto Gamarra, que está haciendo de la Historia algo más que una afición a la vista de los conocimientos que atesora. Esta mañana en clase hemos mencionado a la ciudad de Odesa y Alberto ha dudado sobre la fundación de esta capital de Ucrania, pues le sonaba que correspondía a un español. He de confesar, como así lo he hecho en clase, que desconocía la circunstacia, pero que incluiría una entrada en este planeta comunitario en cuanto buscase información. Y en efecto: el fundador de Odesa fue José de Ribas, un napolitano de ascendencia catalana que sirvió a la marina de la zarina Catalina la Grande.
Sobre Ribas, al que rebautizaron en Rusia como Ósip Mijáilovitch Deribás, podemos encontrar un artículo en el número de mayo de este mismo año de la Revista General de la Marina (en el primer enlace podéis descargar la publicación en pdf; la colaboración la firma Francisco Díaz de Otazu Güerri:
José de Ribas, el español que conquistó Odesa, pp. 585-589).
Abundando un poco más en esta figura no demasiado conocida de nuestra historia, Diego Merry del Val, periodista y escritor que ejerció la corresponsalía del diario ABC en Moscú, escribió una novela, El súbdito de la zarina (Roca Editorial), de la que habla para Periodista Digital en este vídeo.
En fin, que no puedo por menos que dar las gracias a Alberto por su comentario en clase, pues ha servido para conocer a un personaje del que no tenía noticias (perdón me sea concedido).

La imagen corresponde a la estatua que la ciudad de Odesa erigió a la memoria de José de Ribas en la calle que le recuerda, Deribasovskaya.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Una víctima llamada Nicolás

No sin cierta perplejidad me doy de bruces con la noticia de que el último de los zares imperiales de todas las Rusias habidas y por haber en el universo mundo, por los siglos de los siglos, amén, ha sido rehabilitado por la justicia rusa junto con el resto de su familia, pues se considera que "fue asesinado de forma ilegal por los revolucionarios bolcheviques". La noticia recoge la satisfacción de la Casa Imperial rusa (¡que aún existe!), encabezada por la Gran Duquesa María Románova, residente en España y que reclamaba desde 2005 la rehabilitación del zar.
Sí..., unos asesinos esos bolcheviques. No como el bueno del padrecito zar, que siempre atendió las reclamaciones de su hambriento campesinado y que jamás reprimió con violencia las manifestaciones de su amado pueblo...
En fin, que nadie simplifique mi reflexión, por favor, que no se trata de hacer un manifiesto exculpatorio de las barbaridades revolucionarias. Pero jamás he leído en libro alguno que Nicolás II fuera asesinado de forma legal (¿?).
¿Redime la justicia rusa a las víctimas del absolutismo zarista con el mismo denuedo que rehabilita a sus grandes dirigentes?
¡Ay, la Historia, esa víctima de la manipulación!