lunes, 17 de diciembre de 2007

Train

Y hablando de Asia y del imperialismo... ¡el ferrocarril! Me resisto a omitir esta perla que me enviaron días atrás y que merece la pena que veáis. Lugar: Bangkok, Tailandia.



Centenario de la concesión del Nobel de Literatura a Rudyard Kipling

Asumidas las críticas del tiempo que he estado sin entradas, aquí va una dedicada a los alumnos de 1º de Bachillerato (en pleno estudio del colonialismo) y a mi amigo Raúl Urbina, 'ávido' de nuevos posts en este blog: el centenario de la concesión Premio Nobel de Literatura al escritor y poeta británico Joseph Rudyard Kipling el 10 de diciembre de 1907. Kipling trasladó a sus obras exotismo y dominación imperialista a partes iguales, ingredientes de rabiosa actualidad en los años expansionistas del siglo XIX y principios del XX. Aquellos relatos trasladaban a los habitantes de la metrópoli hasta las lejanas tierras que el Imperio de su Majestad dominaba, y compaginó su pasión por la literatura, especialmente por la poesía (dicen que murió con el pesar de que no se reconociera su faceta poética), con el periodismo. Siempre es aleccionador detenerse en las biografías de quienes nos precedieron, porque con frecuencia nos cuentan vidas apasionantes, lecciones ejemplares y son retratos en primera persona de una época concreta.
Mapa con las localizaciones de Kipling en la India

domingo, 16 de diciembre de 2007

Ghiberti en el Metropolitan Museum de Nueva York

Pasados los 'duros' exámenes, regresamos con un enlace dedicado a la exposición especial que el Metropolitan de Nueva York está dedicando a las maravillosas representaciones que Lorenzo Ghiberti realizó entre 1425 y 1452 para el Baptisterio de Florencia, en concreto a los paneles correspondientes a la puerta Este dedicadas a escenas del Antiguo Testamento. Estos bronces dorados resultaron dañados durante las inundaciones que se produjeron en 1966 en la ciudad de la Toscana, y un grupo de especialistas acaban de finalizar su restauración. Los que actualmente decoran la puerta Este son reproducciones, y cuando los originales regresen a Florencia se guardarán cuidadosamente en el Museo dell'Opera del Duomo impidiendo su deterioro. Qué buen criterio tuvo Miguel Ángel cuando bautizó esta obra como Puerta del Paraíso, por la gran belleza de las imágenes. El propio Ghiberti fue consciente de que en esas representaciones había dado lo mejor de sí mismo como artista. Disfrutad con los enlaces.